jueves, 28 de agosto de 2014

Chapter thirty three.




*Annie Stonem*

El sábado por la mañana me encontré con Sam y Bella en la puerta de la tienda de disfraces, y después de saludarlos con un abrazo, los tres entramos dentro. Perdí a los tortolitos a los pocos minutos entre los diferentes pasillos repletos de disfraces, así que me tocó buscarme uno yo sola. Cuando llegué al pasillo donde los disfraces eran más adecuados para Halloween, aminoré la marcha, mirando detenidamente los trajes. Se me ocurrió una genial idea al ver dos disfraces de Jack y Sally de Pesadilla Antes de Navidad casi al final del pasillo. Los cogí y esperé cerca del mostrador hasta que los desaparecidos regresaron. Sam y yo pagamos nuestros disfraces y como ya no teníamos nada más por hacer, decidimos tomarnos unos batidos en una cafetería de la esquina cerca de donde estábamos. Mientras que Sam fue a pedirlos, dos de fresa y uno de plátano, Arabella se sentó a mi lado en la mesa al fondo del local.
-Sophie me preguntó por tí- abrí la boca sorprendida, pero me interrumpió antes de que alcanzara a decir algo-. No sé como se enteró de que te vi ni nada, pero el jueves se acercó para preguntarme dónde estabas ahora. Obviamente no se lo dije- le agradecí con una sonrisa-. Pero sigo sin entender como lo supo.
Entonces, a mi mente vino el día en el que Chris apareció en mi instituto. Nunca le dije a nadie a donde iba, por lo tanto, ¿Cómo pudo encontrarme? Y luego, claro está, tenía la duda de cómo supo Liam sobre la existencia de Chris. El único que sabía la historia era Zayn, y él me dijo que no le había dicho nada a nadie. Todo esto era muy confuso.
-Aquí están los batidos para estas bellas damas- Sam dejó nuestros batidos delante nuestro, y antes de sentarse besó la frente de su novia. En medio de nuestra conversación, sonó mi móvil y por la melodia supe al momento que era Zayn quien me llamaba.
-Zaynie- dije cuando descolgué, y la risa de mi mejor amigo me hizo reir también.
-Princesa Zaynie al habla- bromeó, haciéndome reir todavía más fuerte que antes. Sam y Arabella me miraron curiosos, contagiados de mi risa escandalosa-. Te echo de menos bollito- lloriqueó falsamente.
-Tengo una sorpresa para tí, ¿Vienes más tarde a casa?- no pasó ni medio segundo que ya me dio una respuesta afirmativa a mi pregunta. Sonreí, dándole después un sorbo a mi batido de plátano-. Puedes venir a partir de las cuatro si te apetece, voy a comer a casa de mi tía así que supongo que hasta esa hora no estaré en casa- me encogí de hombros, haciendo girar la pajita dentro del vaso.
-Perfecto Ann, nos vemos- le lancé un beso antes de colgar. Seguí hablando con la dulce parejita hasta que como dije, a la hora de comer fui a casa de mi tía Elle. Tuve que coger el metro, cosa que odio con toda mi alma, y resoplé cuando fue la idiota de Mia quien me abrió la puerta de su casa.
-Genial- masculló, rodando los ojos a la vez que cruzaba los brazos sobre su jersey de lana rosa. Pequeña y estúpida entusiasta del rosa. Pasé por su lado, regalándole una falsa sonrisa.
-Yo también me alegro de verte, Mia- me sonrió de vuelta, más falsa que sus pestañas, y me siguió hasta la cocina donde mi tía acababa de preparar un plato de pasta y estofado.
-Hola cariño- saludó mi tía, limpiándose las manos en el delantal que llevaba antes de darme un abrazo.
-Hola tía Elle- sonreí, besando después su mejilla-. Huele delicioso.
-Gracias Annie- rió dulcemente-. La mesa ya está puesta, enseguida estará la comida- asentí con la cabeza, tomando asiento frente a mi prima, quien me ignoraba por completo por tener toda su poca atención en su teléfono. Moví la pierna sin parar, fastidiada por el incómodo silencio que había. Si Mia no hablaba, yo tampoco. Por suerte, mi querida tía sirvió la comida a los pocos minutos-. ¿Cómo te va el instituto, cielo?- me preguntó, y después de probar bocado del estofado que había cocinado, contesté.
-Muy bien; el jueves hay una fiesta de Halloween- sonreí ampliamente. Por una vez me sentía a gusto donde estaba. Mia rodó los ojos, disimuladamente utilizando el móvil debajo de la mesa. Podría engañar a su madre, pero a mí no.
-¿Irás con tu amigo? ¿Zayn, verdad?- hizo una mueca con los labios, intentando recordar si ése realmente era su nombre.
-Bueno, no hace falta ir en parejas así que iré con mis amigos- me encogí de hombros, probando otro trozo del delicioso estofado.
-Oh, con que ahora tienes amigos- murmuró la odiosa de mi prima, sonriendo fingidamente-. ¿Quién lo diría, verdad?- como muchas veces antes había hecho, la ignoré. Pero no pude ignorar el hecho de que me dolía que me tratase así. Al fin y al cabo éramos familia.
-Mia- masculló mi tía. Le sonreí para que no le diese importancia al asunto, y ella asintió con la cabeza, devolviéndome la sonrisa.
-Mamá, hay una fiesta la semana que viene, ¿Puedo ir?- le mostró una amplia sonrisa inocente. Rodé los ojos sin que ninguna de las dos se diese cuenta.
-No lo sé cariño- contestó preocupada-; ¿De quién es la fiesta?- Mia rió levemente.
-¿Eso importa mamá? Una fiesta es una fiesta, y si esto te deja más tranquila, Beth me llevará y traerá. No volverá a probar trago después de la última vez- quise preguntar qué pasó con ésa tal Beth, pero sabía que me esperaba un comentario tipo 'No te metas' de Mia. Pasaba de sus malos comentarios. Finalmente su madre le dio permiso para ir a esa fiesta, y Mia lo celebró dando un pequeño y ensordecedor chillido y escribiendo sin parar en su móvil, ahora sin disimulo. Mi tía me miró, por lo que me encogí de hombros. Seguimos comiendo tranquilamente mientras escuchábamos a mi prima hablar sobre su último novio, cosa que ni a mi tía ni a mi nos importaba, pero no dijimos nada. Nada más acabar, la estúpida de Mia dejó su plato en el lavavajillas y subió corriendo a su cuarto, con el móvil todavía en la mano. Tía Elle me ofreció unos pastelitos, que gustosa acepté. Hablamos un rato hasta que decidí que ya era hora de volver a casa. Me entregó un poco de dinero para comprar más flores frescas para mis padres u otras cosas que me apeteciesen, y me despedí de ella con un abrazo. Tardé más de veinte minutos en llegar a casa, por lo que lamenté no haber cogido mi skate. Dejé los disfraces encima de mi cama y aproveché para ponerme ropa más cómoda. Mis tejanos negros fueron reemplazados por los pantalones de algodón que siempre utilizaba para estar por casa, y mi camiseta y sudadera por un jersey viejo que perteneció a mi padre hace muchos años. Era realmente viejo, y estaba lleno de agujeros, pero me encantaba. El timbre de casa me sacó de mis pensamientos, y antes de bajar las escaleras para abrirle la puerta al que seguramente era Zayn, eché un vistazo a la hora. No eran ni las cuatro; sí que tenía ganas de verme. Llegué a la puerta y la abrí preparada para recibir con un abrazo a mi mejor amigo, pero me llevé una gran sorpresa al ver quien estaba detrás de ésta.
-¡Annie!- gritó mi chico favorito.
-¡Caleb!- chillé más fuerte de lo que debería, y a la vez que mi primo soltaba su maleta, nos fundimos en un gran abrazo.

*Oriana Núñez*

-¡Me tienes abandonada!- exclamó mi Styles favorita nada más descolgué el teléfono-. Si no te llamo yo vete a saber cuánto tiempo pasa hasta que te acuerdes de mí.
-Lo siento Gem- hice un puchero con los labios, a pesar de que ella no me podía ver-. Sigues siendo mi favorita de tu familia.
-Por eso te quiero- rió animada, contagiándome su risa aguda-. ¿Qué haces Ori?
-Estaba buscando un buen disfraz de Halloween por casa con mi madre pero hace veinte minutos que ha desaparecido y no ha vuelto- me senté en el sucio y polvoriento suelo, haciendo un puchero con los labios. Mamá y yo habíamos subido a la buhardilla a buscar algo que pudiese usar el jueves, pero como había dicho, hacía veinte minutos que mi madre había dicho que ahora venía y no ha aparecido desde entonces. Estaba empezando a preocuparme.
-¿Puedo ir y ayudarte? Me aburro en casa- me la podía imaginar ahora mismo tirada en el sofá cambiando de canales en la televisión sin parar.
-¿Y Harry?- no sé ni por qué preguntaba por él, curiosidad supongo.
-En la cocina. Acaba de levantarse hace poco- me reí flojamente.
-¿A estas horas? Son más de las doce- Gemma carcajeó en la otra línea. Rodé los ojos.
-Harry es un flojo- escuché un leve "Te he oído Gemma" de fondo y no pude evitar reir junto a Gem-. Nos vemos en unos minutos Ori- me mandó un beso y colgó sin dejarme despedir de ella. Guardé el móvil en el bolsillo delantero de los tejanos y me crucé de brazos, a ver si mi madre se decidía en aparecer. Quince minutos más tarde y seguía esperando ver a mi madre de nuevo conmigo. Pero entonces vi la cabellera rubia de Gemma, haciéndome sonreir.
-Hola Styles- me levanté del suelo, sacudiendo el polvo de los tejanos. Gemma se acercó y me estrechó entre sus brazos.
-Tu madre me ha dicho que te diga que está haciendo galletas, por eso está tardando tanto- asentí con la cabeza-. ¿Ya tienes disfraz?
-Más o menos- reí cortamente. Gem enarcó una ceja, confundida-. He encontrado un disfraz de hace años de mi madre, pero le hace falta unos arreglillos.
-¿Quieres que te ayude?- sonrió ampliamente, y yo asentí con la cabeza, riendo por su efusividad al darme un abrazo cuando le dije que sí. Cogí el viejo disfraz que descansaba sobre uno de los baúles y fuimos juntas a mi habitación. Le corté algunos hilillos molestos, después Gemma me ayudó a coser algunas partes que se habían descosido. De mientras, mi amiga me contaba como le iban las cosas. Había conocido a un chico muy mono y se habían estado viendo durante un tiempo, pero no llegaban a nada más-. Te quedará genial- aseguró una vez terminamos.
-Gracias Gem- sonreí, guardando mi nuevo disfraz en el armario hasta el jueves. Gemma se había sentado en mi cama, cruzando las piernas, así que me senté a su lado.
-¿Sabes? Harry fue ayer a comprarse unas Converse rojas para su disfraz de Superman. Estaba super emocionado- carcajeó.
-Siempre utiliza el mismo viejo disfraz- negué con la cabeza, riendo levemente-. Aunque le queda bien- espera, ¿Yo dije eso? Gemma se rió fuertemente y yo me mordí el labio, avergonzada.
-No voy a decir nada acerca de eso, pero piénsalo- con su dedo índice empujó suavemente mi mejilla. La miré confundida.
-¿Pensar el qué?- ladeé la cabeza.
-Cielo, esas cosas no se dicen porque sí, todo pasa por una razón- me regaló una sonrisa. Me tapé la cara con las manos, Gemma tenía razón, pero no quería pensar en eso. No ahora.

*Zayn Malik*

Llegué a casa de Ann cuando ya eran pasadas las cuatro. Mi madre me había obligado a quedarme y acabar de hacer todos mis deberes, que en el fondo no hice. En fin, ya me copiaré de alguien. Llamé al timbre tres veces; así es como Annie sabía que era yo. La susodicha me abrió la puerta a los pocos segundos, tirando de mis brazos para abrazarme.
-¿Quién es, Annie?- escuché una voz de chico que provenía de la cocina. Miré a mi mejor amiga alzando una ceja y ella, riendo, me cogió de la muñeca y me arrastró hasta allí. Había un chico sentado en la encimera, con el pelo castaño un poco rizado levantado hacia arriba-. Hey, hola- me saludó el chico, divertido. Le sonreí.
-Zaynie, él es mi primo Caleb. Cal, él es Zayn, mi mejor amigo- nos presentó. No sabía que Ann tenía otro primo aparte de Mia-. ¡Oh, Zayn, por cierto! Ven, tengo la sorpresa que te dije en mi cuarto- rió dulcemente y cogió de una mano a Caleb y con la otra la mía, corriendo escaleras arriba hasta que los tres llegamos a su cuarto. Encima de su cama había un par de disfraces. Los señalé con el dedo, por lo que ella sonrió emocionada-. Son nuestros disfraces- los cogió y me entregó uno de ellos-. Yo seré Sally y tú Jack, de Pesadilla Antes de Navidad.
Sonreí, sorprendido. No me esperaba que también me comprase un disfraz a mí. Por suerte yo todavía no tenía ninguno. Le di un sonoro beso en la frente, agradecido por su tierno gesto.
-Yo también quiero disfrazarme- comentó Caleb tristemente. Annie rió a carcajadas, envolviendo su cuello con los brazos.
-Tú ya eres muy mayor para disfrazarte, Cal. Dentro de poco cumples diecinueve- los miré extrañado. El chico no parecía mayor que nosotros, tenía cara de bebé-. ¿Sabes qué, Zay?- giré a ver a mi amiga al ver que me estaba hablando-. Caleb se va a quedar conmigo unos días- volvió a abrazar a su primo tiernamente y éste rió. Hice un puchero con los labios-. ¿Y ahora qué te pasa?- carcajeó.
-Yo también quiero- protesté, medio en broma. En el fondo me parecía genial que alguien más se quedase con Annie en su casa, así no pasaría tardes a solas con Chris. Ann creía que yo no lo sabía, pero era de cajón.
-Un día te quedas y hacemos una gran fiesta de pijamas los tres- me sonrió y yo asentí con la cabeza. Caleb me parecía una buena persona, así que estaría bien conocerlo.
-¡Annie!- exclamó su primo de golpe, sonriendo ampliamente-. Tócanos algo con la guitarra, por favor- suplicó juntando las manos cuando Ann empezó a negar con la cabeza, no del todo convencida. Solo la había escuchado una vez tocar la guitarra, la primera vez en casa de Harry, así que yo también puse ojos de cachorrito para que nos tocase algo. Acabó rindiéndose y cogió la guitarra de su estuche, sentándose de piernas cruzadas sobre su cama. Caleb y yo nos sentamos en el suelo, mirándola sonrientes. Empezó con unos acordes para introducir la canción que adiviné que era The A Team, obviamente de su querido Ed Sheeran. Me sorprendió cuando empezó a cantar, ya que pensaba que no lo haría. Sé que era díficil en cierta manera para ella hacerlo, pero cantaba realmente bien y era bonito que lo hiciese al menos delante de nosotros. No terminó de tocar la canción entera, pero para nosotros ya fue suficiente. Nos levantamos del suelo y envolvimos a Annie en un fuerte abrazo.
-Ha sido genial bollito- reí besando su mejilla. Caleb nos miró confundido, con una mueca graciosa en los labios.
-¿Bollito?- preguntó, intercalando miradas entre Annie y yo.
-Así me llama desde el primer día que lo conocí- se encogió de hombros. Besé su mejilla rápidamente mientras estaba distraída, haciéndole reir.

*Niall Horan*

El lunes me desperté, extrañamente, de un buen humor. Sentía que algo bueno estaba por pasar, lo que me extrañó. Era lunes, no había nada bueno en eso. Bajé a desayunar después de darme una ducha rápida y vestirme con algo abrigadito. La temperatura había bajado bastante durante el fin de semana y todavía se notaba un poco el frío. Mamá me había preparado un plato de tortitas y un zumo de naranja. Se lo agradecí con un sonoro beso en la mejilla, dándole después los buenos días. Aunque fuese genial tener tortitas para desayunar, sentía que ésa no era la 'cosa buena' que me iba a pasar hoy.
-Nos vemos mamá- le di un beso en la mejilla antes de salir por la puerta de casa. Pasé por delante de la casa de Harry y me sorprendió verle salir. Nunca pasaba a buscarle por las mañanas porque él siempre iba tarde, y yo no quería esperar. A Harry no le molestó, así que quedamos que iríamos por nuestra cuenta. Y volviendo al tema, me pareció raro que saliese tan temprano. Contando que yo también había salido de casa diez minutos antes de lo normal. Me acerqué a él, quien me saludó con un pequeño abrazo.
-Buenos días- bostezó abriendo la boca exageradamente-, Nialler- acabó por decir, cosa que me hizo reir fuertemente.
-Buenos días, Hazza. ¿Qué te ha pasado que estás despierto tan temprano?- refunfuñó un par de insultos por lo bajo, haciéndome reir de nuevo.
-Las amigas de mi hermana se han quedado a dormir, y con eso lo digo todo- rodó los ojos, cruzándose de brazos. Todos sabíamos cuánto detestaba Harry a las amigas de su hermana, pero nunca supimos la razón exacta.
-Pobre Harold- despeiné sus rizos, ganándome una mirada asesina de su parte. Levanté las manos sin poder evitar echarme a reir por lo bajo. Mientras me contaba lo que había hecho el fin de semana, llegamos al instituto. Oriana, Zayn y Annie ya estaba ahí, como siempre. Nos saludaron con la mano cuando nos vieron de lejos y nos acercamos.
-Hola chicos- Ann besó mi mejilla, ya que me puse a su lado. Le sonreí, pasando un brazo por sus hombros. Esperamos un rato más hasta que Liam, y poco después Lou, aparecieron. Entramos todos juntos y cada uno se fue a su clase. La primera hora se me pasó bastante rápido, cosa bastante rara, y me reuní con los chicos en nuestro sitio de siempre ya que ahora teníamos hora libre. Harry se pasó la hora entera durmiendo sobre el césped, con Ann y Zayn a su lado hablando de la fiesta de Halloween. Tercera hora la compartía con Louis, así que se puede decir que no hicimos nada. No nos sacaron de clase de milagro. Lou me hacía reir con cada tontería que salía de su boca, y mi risa no es que fuese muy silenciosa. Encima le contagiaba la risa a la gente que estaba cerca de nosotros. Es lo que tiene ser adorable. Por fin sonó el timbre, lo que significaba que solo nos quedaba una clase más para poder ir a la cafetería. Se decía que hoy había pizza en el menú. Me encontré con Ori camino a clase de mates y ya nos fuimos juntos. Intentó explicarme todo lo que íbamos haciendo, y por suerte poco a poco iba entendiendo. Ésta era una cosa buena, pero tampoco sentía que fuese la 'cosa buena'. Diez minutos antes de acabar la clase, nos puso unos ejercicios en la pizarra y Oriana me ayudó a hacerlos. Parecía un crío de primero de primária, pero juro que no entendía absolutamente nada. Finalmente, el timbre sonó y rápidamente recogí mis cosas. Ori se iba riendo de mí y me pidió que la esperase, así que lo hice. Soy un buen amigo al fin y al cabo. Dejamos nuestras cosas en la taquilla y cuando íbamos por el pasillo hacia la cafetería, una mano sujetó mi brazo para que me detuviese. Me giré confundido, encontrándome con un chico con una cantidad exagerada de pecas y unos ojos posiblemente más azules que los míos.
-Hey, Horan- sonrió. Yo ni me sabía su nombre así que solo le correspondí la sonrisa-. Scott quiere verte, te espera en su mesa de siempre de la cafetería.
-¿Lucy?- pregunté. No entendía por qué a este chico le gustaba llamar a la gente por los apellidos, porque Scott también podía ser un nombre aparte de apellido. El chico asintió con la cabeza y por fin soltó mi brazo, despidiéndose con un movimiento de cabeza y desapareciendo por el pasillo.
-Nialler, te espera tu amada- carcajeó Oriana, palmeando mi hombro divertida. Le saqué la lengua. Llegamos a la cafetería y me despedí de Ori cuando vi a una nerviosa Lucy en su mesa de siempre. Levantó la mirada al ver que me acercaba y se levantó de su silla, sonriendo tímidamente. Y cuando estuve lo bastante cerca, Lucy cogió mis mejillas con ambas manos y plantó un dulce beso en mis labios, sorprendiéndome; pero no tardé en seguirle el beso. Después de unos largos segundos que no quise que se acabasen, separamos nuestros labios. Lucy me sonrió, con las mejillas ligeramente sonrojadas. Esto era lo bueno que me iba a pasar hoy, lo sabía.
-Me gustas, Niall Horan.

*Oriana Núñez*

Cuando vi que todos mis amigos miraban impactados donde estaban Niall y Lucy, me giré rápidamente; ni siquiera había llegado todavía a la mesa. Estuve a punto de soltar un chillido de emoción al encontrarme a los tortolitos besándose. Era una escena tan adorable. Tomé asiento al lado de Liam, como normalmente hacía, y lo saludé con un beso en la mejilla.
-¿No son adorables?- le pregunté refiriéndome a Nialler y Lucy, quienes ahora estaban hablando. Liam rió levemente, asintiendo con la cabeza.
-Lo son- añadió a los pocos segundos. Seguí mirándolos, como prácticamente todos en nuestra mesa hacían, y cuando Niall se levantó seguramente a buscar algo de comida, Ann y yo nos levantamos también, corriendo a ponernos a su lado. Lo atacamos en un gran abrazo, haciéndole reir tiernamente a la vez que nos correspondía el abrazo.
-¡Chicas, me aplastáis!- exclamó, riendo de nuevo. Pidiendo disculpas, deshacimos nuestro abrazo.
-Cuéntanoslo todo Nialler- me colgué de su brazo mientras esperábamos en la cola para pedir nuestra comida, aunque Annie ya tenía la suya en la mesa. Supongo que solo se quería enterar de lo que había pasado, como yo.
-Lucy me ha besado- suspiró felizmente. Me aguanté el comentario de 'lo vimos, igual que toda la cafetería' y sonreí para que continuase-, y cuando me ha soltado me ha dicho que le gustaba- sonrió bobamente. Me encantaba verlo tan feliz.
-Espero que tú también se lo hayas dicho, que te gusta- Ann se cruzó de brazos, enarcando una ceja pícara.
-Claro que lo he hecho- Niall asintió con la cabeza.
-¿Ya es tu novia?- pregunté, y el rubio hizo una mueca con los labios.
-No realmente- pausó antes de continuar-; quiero decir, Lucy me gusta, mucho, pero es demasiado pronto para pedirle que sea mi novia- Ann y yo asentimos con la cabeza, entendiendo su situación. Por fin llegó nuestro turno en la cola. Yo solamente cogí una manzana y una botella de agua, mientras que Nialler llenó una bandeja con todo lo que pudo para él y Lucy-. Nos vemos feas, me siento con Lucy- besó nuestras frentes y se fue dirección a la mesa donde Lucy lo esperaba. Volvimos donde los chicos nos esperaban, deseosos de enterarse de lo que había pasado. Se lo contamos entre las dos rápidamente, ya que no había mucha cosa que contar, la verdad. El resto de tiempo que pasamos en la cafetería, el tema que más tocamos fue 'Niall y Lucy'. O como yo lo apodé: Nucy.





Hola sunshines. Aquí tenéis otro /aburrido/ capítulo. Pero don't worry porque el próximo será mejor, o eso creo yo lol. Bien, como dije en el anterior capítulo, hay un nuevo personaje; Caleb, el primo de Annie. Y me lo he imaginado como Bradley Simpson de The Vamps (Solo se le parecerá en lo físico, nada más). Aquí os dejo una foto si no tenéis ni idea de quién es.

 
Adorable, lo sé. Bien, en el próximo capítulo os pondré la foto de los disfraces de Zayn y Annie bc why not. Espero que os haya gustado y nos vemos en breve. Os quiero x
p.d. si queréis que os ponga fotos de los personajes  y su nombre real me lo ponéis en un comentario y en el próximo capítulo lo pondré c:

No hay comentarios:

Publicar un comentario