martes, 25 de febrero de 2014

Chapter nineteen.


 

*Oriana Núñez*

Pocos minutos después de la llamada de Gemma, papá y mamá me avisaron de que saldrían a dar una vuelta y a comprar no-sé-qué-chorrada para una amiga de mi madre. Subí a mi cuarto, cogí uno de los varios CDs que tenía en la estantería, y lo puse en el reproductor de música. No subí el volumen al tope, por si Gemma venía quería enterarme del timbre. Desvié mi vista hasta la cajita de encima mi escritorio. Me prometí a mí misma no volver a abrirla, pero no me pude resistir. La cogí con cuidado, sentándome de piernas cruzadas en mi cama. La abrí, y no pude evitar sonreír. Eran las notitas de mi taquilla, las de mi chico anónimo. Espera, espera, espera. ¡¿Mi chico anónimo?! Te me calmas Ori, que tienes novio. Pero el chico anónimo era todo un romántico. Saqué de dentro la cajita la primera nota que encontré. La leí un par de veces, aunque seguía sin saber de dónde la había sacado. Una canción; según yo y todas la letras de canciones que me sabía, no era. Solo me quedaba la opción de que el chico anónimo tenía talento para las palabras. Y que su nombre empezaba por E. Mañana ya me pondría a buscar o preguntar por el instituto. Me moría por saber quién era el que se había molestado en escribirme esas cosas tan bonitas. Me sobresaltó el timbre, ya ni me acordaba de que esperaba a mi amiga. Salté de la cama al suelo, que por cierto casi me mato, y corrí escaleras abajo, también por poco me mato. Me alisé el pelo con las manos, riendo internamente. Le abrí la puerta a Gemma.
-¡Mi española favorita!- chilló con los brazos en alto nada más verme. Reí e imité su acto.
-¡Mi Styles favorita!- saltó una carcajada y bajó los brazos para abrazarme fuertemente. Le correspondí el abrazo, todavía riendo. Cuando nos separamos, la invité a pasar y nos instalamos en los taburetes de la cocina.
-He traído nuestras galletas- abrió su bolso y sacó el paquete de galletas que siempre comíamos, con una sonrisa pícara.
-Aw, todavía te acuerdas- la abracé de lado, mientras ella abría el paquete y después, yo le robaba una galleta.
-Claro que sí- sonrió, también comiendo otra deliciosa galleta. Le sonreí de vuelta. Me puse a preparar un té para cada una, mientras Gemma me contaba como le iba en la universidad. Cuando estuvieron listos, me senté a su lado-. Bueno Ori, cuéntame cómo va tu vida.
-¿Qué quieres que te cuente?- reí divertida.
-No sé, todo- se encogió de hombros, sonriendo risueña-. Mh, ¿Alguien que ocupe tu corazón?- me sonrojé.
-Bueno, yo- reí nerviosa-. Tengo novio- murmuré agachando mi cabeza. Gem ahogó un grito de emoción. Cuando levanté la vista, ésta se abanicaba con la mano toda sonriente ella. Pues sí que se había emocionado.
-¡No me lo puedo creer!- se veía tan emocionada que ya temía que ella pensaba en lo que no era.
-Gem, sé que piensas que es quien tú y yo sabemos- hice un pausa, mientras ella me miraba atenta-, pero no es él.
-Oops, lo siento Ori- rió avergonzada. Hice un movimiento con la mano como para restarle importancia-. Bien, entonces cuéntame sobre este chico misterioso.
-Primero de todo, sé que te vas a reir pero que conste que me di cuenta después. Y segundo, pues su nombre es Edward- me mordí el labio. Gemma levantó una ceja.
-¿...Y?- dijo, esperando a que continuase-. ¿Cómo es? ¿Es guapo?
-Tiene la cabeza llena de rizos castaños claros, unos ojos azules preciosos y se le forman unos adorables hoyuelos en las mejillas cuando ríe- suspiré, por lo que a mí me parecía, enamorada.
-A ver, ¿Edward? ¿Rizos? ¿Hoyuelos?- rió fuertemente-. Con perdón pero me suena a un clon de Harry.
-¿Tú tambien estás con eso? Hasta el propio Harry lo ha dicho alguna vez- resoplé, pero divertida por la situación.
-¿Tienes alguna foto de él?- asentí. Cogí mi móbil y le enseñé la foto que nos tomamos la semana pasada-. Definitivamente, es clavado a Harry.
-Lo único con lo que son diferentes es la personalidad. Son polos opuestos, lo juro.
-Ahora dime la verdad Ori- ignoró mi comentario-. ¿Estás con él porque realmente lo quieres, o solo porque se parece a mi hermano, aunque sea un poco?
Lo pensé. Y la verdad, no lo sabía. Edward me parecía de verdad un buen chico, era encantador y un amor de persona, pero si era honesta, no había olvidado a Harry. Aunque lo intentase, no salía de mi cabeza ese tonto de rizos. Mi estúpido y tonto chico de rizos.

*Harry Styles*

Mi hermana volvió a casa casi tres horas después. Estaba tranquilamente mirando un partido de fútbol por la televisión, cuando el timbre me sobresaltó. Refunfuñando, levanté mi culo del sofá y fui a abrir. Era Gemma. Nada más poner sus ojos en los míos, me lanzó su mirada de 'tenemos que hablar'. Un escalofrío me recorrió toda la espalda. Cerré la puerta cuando ella ya estaba dentro. La vi dejar su bolso en donde estaba antes sentado y cogiendo mi brazo me arrastró a la cocina. Me hizo sentarme en una silla, y ella se sentó delante de mí. Me miró, durante lo que me parecieron siglos, directamente a los ojos. Totalmente en silencio. Y me estaba empezando a poner nervioso.
-¿¡Quieres hablar de una vez Gemma!?- estallé, frustrado de su silencio. Gem rió suavemente.
-¿Eres tú, verdad?- me preguntó, ladeando la cabeza hacia un lado.
-¿De qué hablas?- me crucé de brazos, confundido.
-El que le envía notas a Ori, eres tú- murmuró, pensativa. Tragué saliva, realmente nervioso. ¿Si mi hermana lo había adivinado, se lo habrá contado a Oriana?
-Sí- susurré-. ¿Cómo lo- me interrumpió, sonriendo.
-Reconozco tu letra Hazza- le devolví la sonrisa, pero todavía preocupado-. Y no, no le he dicho nada a Ori- suspiré.
-Gracias Gem.
-De nada Hazz- rió tiernamente-. Ahora cuéntame, sobre el tema de las notas y eso- mi hermana y su manía de querer siempre saber todo. Aún así la adoro.
-La cagué, mucho. No quiero perder a Ori, porque- me interrumpí a mi mismo, mirando mis manos, nervioso por confesar lo que iba a decir-, porque me di cuenta de que la quiero.

*Annie Stonem*

Zayn se quedó toda la noche conmigo. Después de volver del cementerio, aprobeché y compré nuevas lentillas de color. Zay llamó a su madre, preguntándole si podía quedarse esta noche conmigo; porque 'lo necesitaba'. Y estaba en lo cierto. Lo menos que quería ahora era estar sola. Trisha aceptó, solo porque era yo y confiaba en nosotros para no hacer una tontería. Zayn era mi mejor amigo, prácticamente un hermano, nada más. Nos compramos la cena en un McDonalds que encontramos en el camino de vuelta a casa. A pesar de que Zay no decía nada, sabía que tenía demasiadas cosas en la cabeza. Así que hasta que no llegamos a casa y nos pusimos a cenar, no le pregunté.
-Zayn- llamé su atención. Dejó su hamburguesa a un lado y me miró-. Adelante, dime todo lo que tengas que decir. Puedes reprocharme todo lo que quieras. Fui una muy mala mejor amiga por no habértelo contado, y lo sé. Y lo siento- agaché la mirada. Lo sentí suspirar. Las lágrimas asomaban por el borde de mis ojos. Sin previo aviso, noté como se levantó y me estrechó entre sus brazos. Me aferré a su cuello, soltando un par de lágrimas traviesas.
-No tengo que reprocharte nada Ann. Ésto es un tema complicado, lo entiendo. No pienses que estoy enfadado contigo ni nada, solo estoy todavía en shock- besó mi frente cuidadosamente.
-Pero eres mi mejor amigo, y los mejores amigos siempre se cuentan todo- sollocé.
-Pero me lo has acabado contando, ¿Verdad?- asentí-. Pues ya está. No siempre vas a tener que contarme todo, no voy a obligarte Annie. No pienso controlarte ni nada de eso, solo quiero protegerte- me mostró su dulce sonrisa-. Quiero que sepas que siempre voy a estar a tu lado, ¿Vale?- asentí.
-Te quiero Zay.
-Te quiero Ann- sonrió.

*Liam Payne*

Suspiré por cuarta vez en el día cuando llegué a casa de Bethany. No podía seguir con ella cuando estaba enamorado de otra chica. No le encontraba sentido a la relación. Me preparé mentalmente lo que le diría, y cuando creí estar preparado, toqué la puerta un par de veces con los nudillos. Di un paso atrás. Metí las manos en los bolsillos y esperé a que alguien abriese. Estaba a punto de llamar otra vez, cuando la puerta se abrió de golpe. Bethany se puso pálida nada más verme. También parecía nerviosa.
-Hola Liam, ¿Qué haces aquí?- sonrió inquieta, mirando a los lados. Levanté una ceja. ¿Qué le pasaba?
-Venía a hablar contigo, mh, ¿Puedo pasar?- me miró alarmada.
-¡No!- chilló, más nerviosa que antes. Dio un largo suspiro-. Digo que no, lo siento cielo. ¿Te importa si habl- se vio interrumpida cuando un chico alto y algo más mayor que ella se plantó a su lado y la cogió de la cintura. Abrí los ojos de la sorpresa. El chico me miró y extendió una mano, sonriente.
-Hola soy Nathan, el novio de Bethany- le estreché la mano, matando a Bethany con la mirada-. ¿Y tú eres?
-Oh, nadie importante. Ya me iba. Perdón por molestar- giré sobre mis talones.
-Liam espera- habló Bethany, cogiéndome del brazo-. Y-yo, esto no es lo que parece, yo solo- sacudí mi brazo, librándome de su agarre.
-Olvídalo- rodé los ojos. Me acerqué a su oreja-. Lo nuestro se acabó, si es que alguna vez fue de verdad- susurré, y acto seguido me largué de ahí, cabreado.



I'm back cupcakes. alguien me extrañó? cx creo que no pero por preguntar no pierdo nada soooo. ea, ya podéis matarme cuantas veces querráis por tardar tanto en subir pero he estado muy liada?? sé que esta excusa no sirve pero igualmente lo siento muchísimo, de verdad. espero que os guste el capítulo, os quiero. x