domingo, 15 de septiembre de 2013

Chapter twelve.



*Zayn Malik*

Me tumbé boca arriba en la cama, con las manos en mi estómago, mirando el techo. Habían un montón de esas pequeñas estrellitas que brillan en la oscuridad, simulando el cielo nocturno. Annie bostezó, claramente cansada. Era un sábado por la mañana, temprano; Ann no solía levantarse a estas horas. Había sido mi culpa tenerla ahora levantada. Me aburría, y quería la compañía de mi mejor amiga. Paseé de nuevo la mirada por su cuarto. Desde la primera vez que había entrado ahí me había maravillado este lugar. Las paredes eran de un azul cielo brillante, aunque solo lo podía saber por la única pared que no estaba llena de pósters. Otra pared estaba ocupada por un gran armario de madera lisa. Las otras dos, completamente llenas de pósters. La mayoría eran de su querido pelirrojo. Algunas otras de otras bandas y cantantes que le gustaban. Mi póster favorito estaba cerca de su mesita de noche. No era un póster muy grande, pero salía mi amor platónico; Perrie Edwards. La integrante de Little Mix. Le rogué a Annie que me lo regalase, pero mis suplicas nunca dieron resultado. Sí, mi amiga es egoísta.
-Creo que iré a darme una ducha para espavilarme un poco, no consigo mantener los ojos abiertos- murmuró levantándose de la silla de su escritorio. Cogió lo necesario, besó mi mejilla y abandonó la habitación. Me quedé unos minutos más mirando de nuevo el techo; hasta que mi atención se posó en la melodia que sonaba desde el escritorio de Ann. Decidí ignorarlo, pero como insistía tanto, al final atendí la llamada.
-¿Diga?
-¿Annie?- era una voz de mujer, ¿Será su madre?
-No, soy Zayn- sí Zayn, claro, eso lo explica todo-. Soy el mejor amigo de Annie- me gustaba decir eso, sonaba bonito.
-Oh, hola Zayn, Annie me ha hablado mucho de tí- bueno, si es su madre claro que habrá escuchado de mí, supongo-. ¿Dónde está?
-En el baño, ¿Quiere que le dé algun recado?
-Sí, por favor. Dile que esta tarde no podré acompañarla a visitar a sus padres. Mia tiene dentista y me preocupa dejarla sola. Dile también, si no es molestia, que si necesita algo de dinero para las flores que pase por casa. La llave esta donde siempre, y el dinero en el segundo cajón de la cocina, también donde siempre- rió dulcemente. Bueno, así que no era su madre.
-Está bien- intenté memorizar todo-, yo le diré.
-Muchas gracias Zayn.
-De nada, eh...- todavía no sabía su nombre.
-Lo siento- rió de nuevo-. Soy Elle, la tía de Annie.
-Vale, de nada Elle. En cuanto salga se lo diré.
-Tengo que colgar. Muchas gracias, de nuevo- y sin más colgó. Dejé el teléfono donde antes estaba, junto al libro de francés. Eso me recuerda que no he ni empezado a hacer los ejercicios para el lunes. Muy bien, Zayn. Que buen estudiante eres.
-¿Por qué tan pensativo, Zay?- la voz de Annie me sobresaltó. Giré sobre mis talones. Ni cuenta me había dado que ya estaba sentada en su cama, con una toalla secándose el pelo.
-Ha llamado tu tía- frunció el ceño-. Ha dicho que no puede acompañarte a visitar a tus padres porque una tal Mia tiene que ir al dentista y no quiere dejarla sola o algo así- hice una mueca-. Oh, y que si necesitas dinero para las flores que pases por casa, que la llave está donde siempre y el dinero igual. Y creo que no me dejo nada- reí. La cara de Annie estaba entre la confusión, el enfado y la tristeza. Pero decidí no preguntar nada. Quizás no era el momento.
-Está bien- suspiró después de unos segundos-. Gracias.
-No hay de qué- le sonreí. Me senté a su lado-. ¿Qué quieres hacer?
-¿Me puedes dar un abrazo?- preguntó de la nada, ignorando mi pregunta. Me sorprendió que lo preguntara, pero aún así la abracé fuertemente.


*Oriana Núñez*

El lunes llegué demasiado pronto al instituto, así que esperé a que los chicos (menos Harry), Annie o Edward aparecieran para entrar con alguno de ellos. Me senté en un banco cerca de la entrada y con el IPod encendido me puse a escuchar algo de Bruno Mars. Cerré los ojos al son de Locked Out Of Heaven hasta que sentí unos labios presionando los míos. Me asusté, pero al abrir los ojos vi la sonrisa de Edward y me tranquilicé, riendo. Se sentó a mi lado.
-Hola Ori- sonrió tiernamente. Agarró mi mano y entrelazó nuestros dedos. Un gesto que me dejó prácticamente muerta; este chico era muy dulce-. ¿Qué escuchabas?- le pasé un auricular y en silencio escuchamos la voz de Bruno Mars. Luego de unos minutos, divisé a lo lejos una chica en skate y al instante supe que era Ann. Me vio y se acercó a nosotros.
-Hola chicos- saludó con la mano, mientras que con la otra recogía el skate del suelo. Ella también venía escuchando música, pero solo llevaba un auricular puesto, el otro colgaba.
-Hola Annie- la saludó mi novio. Sí, me encanta como suena. Ella le sonrió y ocupó el sitio a mi otro lado.
-Hey Ann, ¿Qué escuchas?- pregunté cogiendo el auricular que colgaba, antes de ponérmelo en la oreja.
-Heartbreak Girl- rió ante mi cara de no saber qué es eso-. Una canción de 5 Seconds of Summer.
-Mh, déjame escuchar- me quité mi auricular, se lo di a Edward y me puse el de Annie.
-¡Annie, Ori!- gritó la voz de alguien. Nos giramos a ver. Louis corría entre los estudiantes, empujándolos, para llegar hasta nosotras-. Jo, ¿Que no ven que hay un chico corriendo? Es que de verdad que no apartarse- refunfuñó con la vista a todos ellos. Ocupó el sitio al lado de Ann y pronto estuvimos todos apretujados en el banco-. Ah, Annie, adivina qué traigo- le sonrió divertido.
-A ver, por probar. ¿Una chocolatina?- rió a carcajadas. Louis asintió con la cabeza y la sacó de su mochila-. Gracias tío Louis.
-Oh, lo siento- rió Lou-. Hola Edward- el aludido se sacó un auricular.
-Hola Louis- sonrió.
-¿Qué tal con Oriana?- movió las cejas repetidas veces, pícaro. Juraría que se me tiñeron las mejillas de rojo. Edward se rió divertido.
-Perfectamente bien- apretó suavemente nuestra unión de manos.
-Jo Annie, tú y yo todavía estamos solteros- Ann le dio un codazo divertida y señaló con la cabeza a unos metros más lejos, donde Phoebe y un par de chicas más charlaban. Phoebe no paraba de mirar a Louis y sonreir. Éste último abrió la boca lo más que pudo, para después sonreir como tonto. Phoebe rió y apartó la vista.
-Oh Annie, aquí me huele a parejita nueva- le guiñé un ojo a Louis y éste se sonrojó.
-¡Chicos!- gritó Zayn corriendo hacia nosostros. Niall y Harry lo seguían por detrás, ahora disculpándose con una pobre chica que había sido atropellada por Zayn. Al llegar a donde estábamos, apoyó las manos en sus rodillas, respirando entrecortadamente.
-Zay, ¿Qué ocurre?- rió Annie, divertida. Zayn levantó la cabeza, pero antes de abrir la boca, un grito lo interrumpió. Un grupo de chicos llamaba a Edward. Me devolvió los auriculares, besó mis labios suavemente y se marchó con ellos. Me mordí el labio, viéndolo marcharse.
-Bueno, lo que quería decir es qu- otra vez fue interrumpido. Liam llegó de la mano de una chica rubia y alta. Recordaba perfectamente a esta chica. Era Bethany, una chica que había estado pillada por Liam desde hacía años pero éste siempre le daba largas porque decía que era una Barbie, por así decirlo. Pero qué demonios, ¿Qué hacía de la mano de ella?
-Hola chicos- sonrió, y tengo que decir que noté la sonrisa muy forzada-, os presento a mi novia- abrí los ojos por la sorpresa. Estaba a punto de ponerme a reir pero noté que lo decía enserio. Bien, no era una broma. Es decir, no está bien. No sé por qué, miré de reojo a Ann, a mi lado, quien miraba su regazo con la mitad del pelo tapándole la cara. No quise preguntar qué le pasaba, pero solo cogí su mano y la apreté con fuerza. Me devolvió el apretón y levantó la cabeza para regalarme una sonrisa. Más bien una mueca triste. Pero no le dije nada.


Hola cupcakes, sé que probablemente me mataréis a palazos pero que sepáis que yo os quiero mucho y que lo siento por haber tardado nosécuántotiempo en subir :/ Por recompensa, he subido dos capítulos, aunque este último es cortísimo pero quería dejarlo así, ya sabéis, para dejar un poco de intriga. Aunque me parece a mí que de intriga ni poca. Anyways, espero que os guste e intentaré subir pronto, pero no prometo nada. Un beso enorme, os quiero.

Chapter eleven.



*Oriana Núñez*

No recuerdo quién tuvo esta estúpida idea, pero empezaba a arrepentirme de haber aceptado. Ya que la fiesta de cumpleaños para Niall se celebraba en casa de Harry, habíamos tenido que inventar una excusa para que nos acompañara hasta allí. Lo peor de todo fue la cara burlona de Niall cuando fuimos a buscarle. Claro, Harry y yo no nos hablábamos desde el miércoles y vernos a los dos juntos fue un poco raro. Aunque no nos dirigimos la palabra ni una sola vez, podía notar su mirada clavada en mi nuca. Caminaba delante de él, para no tener que enfrentarme a su cara. De vuelta a casa de Harry, con Niall con nosotros, tampoco hablamos mucho ninguno de los tres. El duende se había puesto en medio de los dos y agradecí su gesto infinitas veces. Me dio la sensación de que Harry hizo lo mismo. No tenía ni idea de qué podía decir para deshacer el incómodo silencio. Me sentía mal por Niall, él no tenía culpa de lo que nos pasaba a Harry y a mí. Pero ni yo tenía idea de qué nos pasaba. Simplemente dejamos de hablarnos. Finalmente no dije nada, y el silencio nos acompañó hasta que llegamos a casa de Harry. El rizado sacó las llaves del bolsillo de sus tejanos, abrió la puerta y tiró las llaves al mostrador de la entrada. El pasillo de la entrada estaba ténuemente iluminado por la luz que entraba por la puerta medio abierta. Al ser la última en entrar, me encargué de cerrar la puerta. Habíamos acordado que al llegar nosotros, cuando la casa quedara a oscuras otra vez, Louis y Liam se encargarían de encender las luces. Pero estaban tardando demasiado. Sentí la mano de Niall agarrando mi brazo con fuerza y entonces recordé que era claustrofóbico. Pegué una patada a la oscuridad que tenía delante y por suerte acerté en darle a Harry. Se quejó con un sonido ahogado. Y entonces, las luces se encendieron. Una disculpa sonó a lo lejos; los tres caminamos hacia la voz.
-¡Felicidades rubito!- exclamó Louis apuntándolo con un spray decorado con detalles de Spiderman, de donde salía un hilo blanco. Chico raro. Niall sonrió como un niño pequeño y recorrió la sala con la mirada. Habíamos dedicado la tarde anterior, y parte de esta tarde, antes de ir a buscarlo, en decorar el sitio. Nos quedó extrañamente genial; ya que los pocos que hacíamos algo nos pasábamos la mayor parte del tiempo riendo y gastando bromas. La mirada azulada del rubio se posó en la mesita de centro. Antes de irnos, vimos a Annie muy concentrada en la cocina, así que seguramente todo eso lo había preparado ella. Estaba la mesita llena de bandejas de pequeños bocadillos con Nutella, cupcakes de chocolate y otros de colores vivos todos adornados con gominolas, otra bandeja llena de galletitas, palomitas de colores, refrescos y zumos. Ann tenía una bonita sonrisa de suficiencia en los labios. Entre todos le dimos un gran abrazo al cumpleañero.
-Muchísimas gracias chicos, ya pensaba que os habíais olvidado- se cruzó de brazos, pero una sonrisa persistía en su rostro. Cierto, esta mañana habíamos actuado todos como si nada pasase, como si fuese un día más de la semana. Aunque vimos sus ojos azules inundados de tristeza, hicimos un gran esfuerzo para resistir hasta esta tarde. Pero es difícil negarle un buen abrazo al irlandés.


*Annie Stonem*

No me podía creer que ya había pasado todo un mes. El tiempo realmente pasaba rápido con buena compañía. Por suerte, me adapté perfectamente al nuevo instituto. No es que hice muchos amigos, pero por los que tenía de momento eran más que suficiente. Zayn definitivamente se volvió mi mejor amigo. Niall, más o menos, igual. Habíamos tenido alguna que otra 'cita' (no penséis mal, solo como amigos) en Nando's. Louis se volvió como un tío para mí. Siempre que podía me regalaba una chocolatina. Y yo más que encantada le regalaba un beso en la mejilla. Oriana digamos que también se convirtió en una mejor amiga para mí. En realidad, era como mi hermana; la admiraba. Pero nunca se lo dije, ni diré. Harry era muy bueno conmigo, menos cuando estaba con Ori. Misteriosamente ni me hablaba ni nos dirigía la mirada. Ellos dos llevaban todo este mes sin hablarse. Hasta teníamos una apuesta para cuándo volverían a hablarse. Idea del rubito irlandés. Y por último, Liam. Solo Zayn lo sabía, pero secretamente me había enamorado de él. Un poquito. Al menos eso decía Zay, ya que yo no creía que en tan solo un mes pudiese enamorarme. Pero muy en el fondo, sabía de sobras que lo estaba. Y que podía.
Por suerte, no volví a ver a Chris. Lo agradecía, muchísimo. No me apetecía volver a ver a ese chico en mi vida. En realidad, no me apetecía ver a nadie de mi antiguo instituto. Durante todo este mes, Sophie intentó volver a contactar conmigo, pero esta vez ni siquiera atendí al teléfono. Preferiría no hablar de eso, la verdad.
Mh, por canviar de tema. Ori y Edward estaban casi saliendo. Digo casi porque se dieron un beso, pero no quedaron en nada. Todavía. Tengo la certeza de que este dulce chico se lo pedirá tarde o temprano. Se notaba que a Oriana le gustaba, y me sentía feliz por ella.
-Oye Ann, ¿Puedo acompañarte este domingo a Hyde Park?- interrumpió mi mejor amigo mi narración interna.
-Claro, ¿Quieres hacer de modelo para mí?- subí y bajé las cejas repetivas veces, riendo. Todos los domingos iba a Hyde Park y durante horas tomaba foto a todo lo que se moviese, respirase y llamase mi atención. O simplemente fotografiaba lo primero que tenía delante, dándole un efecto de luz que hiciese la foto especial. Siempre iba, a cualquier época del año.
-Gracias pero no, gracias- negó, chasqueando la lengua.
-Entonces no serás de ayuda Zay, ¿Para qué quieres venir?- el moreno hizo un gesto con la cabeza y nos sentamos en el suelo, la espalda contra la pared.
-Para pasar el tiempo contigo.
-¿Te enfadarías si te tomo una foto, aunque no quieres ser modelo por un día?- agarré su mano suavemente.
-Supongo que no. Pero que salga bien, ¿Eh?- se llevó mi mano a los labios, besó mis nudillos-. Confío en tí, eres genial con una cámara en las manos.
-Bueno, gracias. Pero exageras- reí.
-No exagero; en serio, créeme- sonrió. Besé su mejilla, y no dije nada más. A veces me gustaba el silencio.


*Liam Payne*

A segunda hora de la mañana del viernes teníamos libre, así que Niall y yo nos fuimos a dar una vuelta; sin salir del recinto del instituto, claro. Hacía un poco de frío, pero no nos apetecía estar dentro. El duende parecía muy concentrado pateando una pequeña piedra que encontramos, así que no entablé ninguna conversación. No tenía muchas ganas de hablar, la verdad. Durante la media hora siguiente, caminando dando vueltas alrededor del edificio, observé a los pocos alumnos que habían decidido pasar el tiempo ahí afuera, como nosotros. Al girar una esquina, divisé a unos metros a Annie y Zayn apoyados contra la pared, charlando. Codeé a Niall, quien dejó su atención a la piedra para mirarme. Señalé con la cabeza, pero cuando volvimos la mirada, lo que vimos fue como una daga directa a mi corazón. Zayn giró la cara hacia Ann, y ésta, a la vez, también la giró; los labios de ambos chocaron. Nialler me miró un poco preocupado. Le había confesado a mi amigo la atracción que sentía por Annie. Estaba enamorado de esa chica. Giré sobre mis talones y a grandes zancadas, deshice el camino que hicimos. El rubio agarró mi brazo, frenándome lentamente. Me preguntó con la mirada mi estado de ánimo, que con solo una triste mueca contesté lo pésimo que era. Y tan solo me abrazó. Era lo que en estos momentos más necesitaba.


*Harry Styles*

-No me puedo creer que te esté ayudando con tu estúpida idea- se quejó Louis en un susurro por quinta vez. Le empujé con el codo y al aguantarse de puntillas, agachado, se cayó. Miré por encima del arbusto una vez más, comprobando que la feliz parejita no nos hubiese descubierto. Por suerte, siguieron con la tonta conversación. Ni siquiera prestaba atención. Me giré a ver a Lou, de brazos cruzados.
-Yo no te obligué, melón. Eres mi mejor amigo, al menos me podrías apoyar un poco- hice un puchero, que seguro que con él funcionaba. Y funcionó.
-Hazza, yo te apoyo- sonrió levemente-. ¡Pero no vuelvas a llamarme melón!- tapé su boca con mi mano, en un movimiento rápido.
-No levantes la voz; melón- añadí con una sonrisa burlona. Me lamió la mano, y yo la aparté con asco-. Te mataré, ¿Lo sabes?
-Entonces te quedarás sin tu mejor amigo- levantó una ceja. Me encogí de hombros.
-Tengo a Niall.
-Ya no te quiero, chínchate- se cruzó de brazos.
-Bueno, Niall sí me quiere- le saqué la lengua. Lou, en un enfado fingido, se abalanzó hacia mí para pegarme. Acabamos rodando por el suelo, muertos de risa-. Era broma, Lou. Siempre serás mi mejor amigo, aunque te mate por ser un estúpido.
-Aw que bonito- dijo sarcático-. Tú igual, aunque seas un celoso con problemas en aceptar que le han quitado a su chica- sonrió como si nada, divertido.
-Ahí te has pasado, Tomlinson- refunfuñé.
-Sí, pero bien que llevas toda la hora espiando a Ori y Edward- miró disimuladamente por encima del arbusto, y rió-. Que por cierto, ya no están.
-¿¡Qué!?- exclamé, levantándome del suelo. El muy idiota me había mentido, y ahora Oriana y Edward me miraban sorprendidos. Bueno, Edward me miró sorprendido. Oriana me mataba con la mirada. Me sonrojé a más no poder, ahora sí que mataría a Louis. El muy imbécil se puso a reir histéricamente. Sí, sí, muy gracioso. Ya te lo haré pasar mal, muy mal. ¿Y lo mejor? Con Phoebe. En fin; me giré hacia el idiota, que al percibir mi mirada de infinito odio echó a correr despavorido.


*Oriana Núñez*

Harry se marchó corriendo (no hace falta decir que con las mejillas más rojas que había visto en mi vida), detrás del que me pareció que era Louis, y resoplé con fuerza. ¿Qué demonios hacía ahí? Como me entere que nos estaba espiando, lo mataré. Edward soltó una risita, y no pude evitar sonreir. En el fondo fue divertido ver a Harry tan avergonzado. Seguro que no lo ha pasado más mal en toda su vida. Sacudí la cabeza y giré a ver a Edward. Antes de que Harry nos interrumpiese, él estaba a punto de decirme algo. Y moría de la intriga.
-Bueno, ¿Qué decías?- sonreí tímidamente, mordiéndome el labio. Edward se sonrojó levemente, y apartó por unos segundos la mirada.
-Yo, bueno... Yo s-solo quería preguntarte una cosa- se rascó la nuca nervioso. Era adorable cuando se ponía nervioso.
-Pues pregunta- volví a sonreir.
-Em, Ori; esto... ¿Quieres s-ser mi novia?- preguntó, con las mejillas pintadas de un tierno color rojo. Se me llenaron los ojos de lágrimas-. Ori no, cielo no llores- me abrazó por los hombros.
-Claro que quiero, tontín- solté un par de lágrimas, sonriendo. Edward rió levemente y rozó sus labios con los míos, en un beso inocente. Nuestro segundo beso.


*Niall Horan*

Después de intentar animar a Liam por lo que quedaba de hora, tuvimos que hacer camino hasta el taller de música, ya que ahora teníamos dos horas de taller optativo. Fuimos los primeros en llegar. Nos sentamos en los sitios que normalmente cogíamos, esperando al resto del grupo. Dos segundos más tarde, vimos a un Harry y a un Louis totalmente enfurruñados cruzar el umbral de la puerta, de brazos cruzados. En vez de sentarse juntos, como normalmente hacían, Hazza se sentó a mi lado. Lou al lado de Liam. Los asientos del medio correspondían a Zayn y Annie. Los dos últimos nombrados entraron unos minutos más tarde. El gruñido de Liam no tardó en escucharse, pero esta vez nadie rió por lo bajo. Fue un gruñido triste, melancólico. Le dediqué una sonrisa tranquilizadora; aunque Liam solo revoleó los ojos. Ann tomó asiento a mi lado, besando mi mejilla. Zayn se sentó en el asiento vacio, entre Liam y Annie. Me acerqué disimuladamente a la oreja de Ann.
-Oye, después tengo que hablar contigo; ¿Sigue en pie nuestra cita?- la castaña rió, asintiendo. El cotilla de Harry acercó su cara también a nosotros.
-¿Tenéis una cita?- preguntó sorprendido, intentando no levantar el tono de voz. Annie volvió a reir, esta vez un poco más fuerte.
-Es una salida de amigos, pero de broma lo llamamos 'cita'- explicó. El ricitos abrió la boca en forma de 'o', en un sonido casi inaudible.
-¿A dónde iréis?- volvió a preguntar, aunque ya no parecía tan interesado en el tema.
-A Nando's- reí levemente. Hazza rodó los ojos, divertido.
-No sé ni por qué pregunto- los tres reímos.
-¿Por qué tan molesto, Harry? Cuando has entrado, me refiero- añadí. Resopló y le lanzó una mirada de odio a Louis. Ui, eso pinta mal.
-Louis y yo nos hemos peleado- levanté una ceja, como pidiendo un por qué-. Por su culpa, Ori y su estúpido amigo del cuál no quiero recordar el nombre me han pillado espiándolos- Ann lo interrumpió con un movimiento de mano.
-¿Qué demonios hacías espiando?
Las mejillas de Harry tomaron un color rosado, casi inexistente; pero siguió hablando sin contestar a la pregunta.
-Me he enfadado con él por eso. Entonces al volver nos hemos cruzado con Phoebe y le he hecho la zancadilla a Louis, que por patoso ha acabado en el suelo- se encogió de hombros.
-Pobre tío Louis- comentó Annie, negando con la cabeza.
-Espera, espera; ¿Tío Louis? Lo decías en plan: 'eh, ¿Qué hay tío, todo guay?' o tío de tío- Harry movió las manos exageradamente, haciéndome reir con disimulo.
-No seas tonto; tío de tío- rió Ann, divertida. Harold, resoplando, rodó los ojos y dejó de prestarnos atención. Con el dedo índice en mi sien, le mostré a Annie un gesto de que Harry estaba loco. Muy en el fondo lo estaba.


*Annie Stonem*

No demoramos mucho en Nando's. Comimos algo rápido, pero tampoco con prisa, y enseguida estábamos en el parque al frente de la casa del duende, charlando. Fuera lo que fuese lo que quería decirme, ya estaba tardando. No me decía nada. Hasta que de una vez por todas, habló de lo que me interesaba (o más bien dicho, lo que me había dejado intrigada el resto de la mañana).
-¿Estás con Zayn?- la pregunta me tomó por sorpresa.
-No, estoy aquí, contigo- no pudo evitar reir. Me codeó suavemente en el brazo.
-No me refiero a eso; y lo sabes Stonem- asentí, sonriendo inocente.
-No Horan, no estoy con él. ¿Por qué la pregunta?- no entendía, la verdad, a qué vendría.
-Os distéis un beso- susurró bajito, pero llegué a escuchar su voz. Solté una gran carcajada.
-¡Oh! ¿Era por eso?- volví a reir-. En realidad no pasó nada. Zayn me iba a dar un beso en la mejilla, yo giré la cara porque hacía rato que no hablaba y me dio un beso aquí- señalé un poco más arriba de mi labio superior. Una oleada de alivio cruzó la cara de Niall. No entendí por qué, pero no pregunté. A veces es mejor no saber algunas cosas. O eso es lo que siempre pensé.